viernes, 14 de marzo de 2014

Barricadas mentales

Cuando comenzaron nuevamente las protestas me uní a ellas con ánimo, de hecho siempre he considerado que la protesta es necesaria, lamentablemente la mala gestión no escucha y la gente no tiene medios efectivos que comuniquen el descontento a los que parecen vivir en una realidad distinta a la de la gente común, las protestas se han convertido en un mecanismo de comunicación de un sistema con demasiadas fallas.

Sigo pensando que hay que manifestar, y me dan más ganas cada día que veo que un ciudadano es asesinado y que nunca atrapen al culpable, o que las cosas suben de precio, o que trato de hacer una gestión ante un organismo público y sea toda una odisea, me hacen perder tiempo a mi y pierden tiempo ellos, muchas veces la ineficiencia ha dado paso a tener que sobornar para que te resuelvan, es más fácil pagar para que te den un permiso de conducir a hacerlo por las vías legales.

La guarimba se convirtió en la nueva voz de un grupo de personas descontentas,  después de sufrir pequeños problemas día a día, problemas de la cotidianidad algunos pequeños como conseguir alimentos otros más grandes como poder acceder a un hogar propio, se va acumulando la rabia y el descontento y se convierte en una cosa que se va sumando y en algún momento estalla, los estallidos sociales se producen por una suma de razones, y no caprichos como lo han querido hacer parecer. Desde un principio le he visto grandes fallas a este método de protesta porque afecta en corto plazo más a la propia comunidad que al gobierno.



Yo me imagino que mi comunidad se tranca por completo, el éxito de la guarimba al parecer consiste en que el paso de vehículos se vea restringido  y tratar de que la comunidad se vea involucrada en una lucha constante, ok, se logra trancar por completo y se mantiene así, quizás al poco tiempo se enferme una señora y haya que dejar pasar una ambulancia, luego cuando el gas, la comida y los demás bienes básicos se acaben hay que permitir el paso y la guarimba se terminará disolviendo para que la misma comunidad pueda subsistir.

Por consiguiente la guarimba debe permanecer un tiempo estimado relativamente corto y organizado para que sea factible como protesta, igual sería ilógico pensar que una protesta de esta naturaleza se mantenga perpetuamente sobre todo sin un objetivo claro establecido y sin el apoyo de toda la sociedad civil.

Las guarimbas como están ahora pueden terminar quebrando los negocios locales, dañar los bienes públicos y  atraer personas violentas o antisociales que no necesariamente entiendan el objetivo final de todo, ¿el objetivo final es conseguir reivindicaciones sociales que mejoren una sociedad mal gestionada?.

Dejar de protestar es una completa pérdida, pero pensar que la guarimba es el único camino es falta de creatividad, el problema es que cada quién desde sus propios medios y en su día a día debe aprender a protestar contra la injusticia, desde la señora que se niega a que la marquen para comprar pollo hasta el empleado público que se niega a marchar por causas que no simpatiza, pequeñas cosas como el que se niega a sintonizar canales venezolanos por mostrar la verdad manipulada que los quieren hacer ver.

Las barricadas mentales son las primeras que deberían levantarse, las más difíciles y que al igual que las físicas afectan mucho más al que las lleva que al gobierno, ningún extremo te deja pensar con claridad y ver que hay mas realidades; eso si, estoy claro, por defensa propia no se puede dialogar con grupos de fanáticos armados que te consideran un enemigo, tampoco con un gobierno que te insulta y te ignora, pero hay que saber identificar al enemigo y ser más inteligente que él para vencerlo, estrategia, pasión le sobra al venezolano, pero hay que bajarle a la pasión y comenzar a actuar por convicción.