miércoles, 29 de enero de 2014

Una cámara

La fotografía ha sido sin dudas uno de los mejores descubrimientos personales en lo que tengo de vida, todo lo que me ha permitido, desde contar historias hasta preservar momentos efímeros y todo lo que implica me llena de satisfacción como otras cosas no lo hacen, puedo decir que amo esta actividad y lo que ha significado para mi, el aprendizaje, las personas que he conocido y las perspectivas a futuro.

Cuando comencé sabía que habían limitaciones, que cualquier cosa que uno haga implica tiempo, dedicación y dinero, es cierto que el amor con hambre no dura, o se muere el amor o te mueres de hambre, resulta que tuve dos compactas antes de tener una reflex, que es la misma que ahora tengo, una cámara reflex es un mundo distinto, otros retos, te das cuenta que debes aprender muchas cosas y que la calidad es sin duda superior.

el control cambiario consiste en un bloqueo a la compra de moneda extranjera para los residentes del país, el estado es el único dueño de dólares, y el gobierno decide a quién le permiten y a quién no usar su dinero fuera del país.

Cuando comencé con la fotografía ya había control cambiario y no sabía que una de las cosas que mas me gusta hacer se iba a ver limitado, preso, resumido a la preocupación de los dólares, nunca he "raspado el cupo", en primer lugar porque no tenía tarjeta de crédito, y por la misma razón no podía acceder a bienes y servicios en el exterior.

Una cámara se convirtió en el anillo de smeagol,  my precius, esa cosa que tanto deseo y que cada vez que estoy cerca de obtener devalúan o pasa algo y comprar en el país es imposible.



Este artículo en mercadolibre cuesta 102,44 salarios mínimos,  o 9 años de trabajo, el salario mínimo a esta fecha se encuentra en Bs 3270,3 mientras tanto en amazon el artículo se consigue a unos $ 3299 un modelo mas nuevo, "superior", estos precios se originaron luego de que sin poder acceder a divisas los venezolanos recurrieran al mercado negro que hoy está en unos Bs 80, además de otros factores que quizás explique en otro momento.

Las limitaciones impuestas por el gobierno van apretando despiadadamente y ya siento un poco de claustrofobia, mientras tanto escucho en la calle gente que justifica las restricciones y que apoya al gobierno, no hay productos básicos, se consiguen a precios absurdos en el mercado negro, colas enormes para comprar, y en mi ciudad la basura, la indigencia y la delincuencia son los reyes, quienes reciben en esta ciudad a los turistas sin ningún temor ni remordimiento, siento como si todo se cayera a pedazos mientras yo me quedo aferrado a las ganas de hacer lo que me hace feliz.

No se puede ser fotógrafo sin cámara.