martes, 25 de febrero de 2014

Compresión.

Camino por la calle principal de mi urbanización y se me comprime un poco el pecho al ver las ventanas cubiertas con madera como si se esperara un tornado en una isla tropical, o quizás algo más parecido a la realidad -un ataque zombie-, luego de días siendo amedrentados y agredidos por los ahora llamados "colectivos", socialistas  a veces al mismo tiempo en qué el gobierno hace cadena y sale bailando al ritmo de "todo está bien", la gente comienza a tomar medidas extremas.

Ya luego de que disparos y objetos partieran sus vidrios, solo les queda proteger su vida, -es lo que pienso mientras veo esa extraña escena-, pero yo también lo estoy viviendo .

Sta Juana, Mérida. Lunes 24 de Febrero
 12:30 pm, tomada por Tábata Briceño

Quizás las compras nerviosas den más nervios que antes, me doy cuenta  de lo vacíos que se ven los anaqueles, y mucho más nerviosas al ver los precios realmente altos, aún así mucha gente se ha visto en la obligación de almacenar aunque sea un poco de comida en caso de que todo empeore, porque cada vez que se pensaba que nada podía ir peor, empeora, se me comprime un poco más el pecho al conseguir en el abasto únicamente salsas preparadas, algunos enlatados de dudosa calidad y salsa de soya.

Me doy cuenta que los problemas que nos afectan a todos no están uniéndonos sino generando mayor división, y cosas que parecieran obvias dejan de serlo por una renuncia de la razón a cambio de pasión y ciertamente a los venezolanos no les falta pasión, pero pareciera que hemos perdido el poco de razón que nos quedaba, ¿cómo es posible que el no conseguir alimentos, la violencia y la devaluación nos afectan a todos y aún haya gente que lo prefiera de esa manera?.

¿A caso es mucho pedir que las cosas mejoren?, que las preocupaciones sean orientadas a cómo ser mejor y lograr todas las metas, preocuparse de algo más que tapar las ventanas porque los grupos que armó el gobierno podrían matarte de un disparo mientras miras por ellas, de cómo hacer trampas para motos, o cómo colearse en la fila enorme para conseguir leche antes que se acabe lo poco que llegó al mercado, preocuparse menos de cómo vas a alimentar a tu familia con el sueldo que ganas y más de cómo hacer mejor tu trabajo.

Mi mente está tratando de encontrar alternativas y buscando soluciones, pensando, obstinado de elegir la opción "menos mala" y de que la gente añore el pasado mientras el futuro se ve lejano, y mi pecho está comprimido, pero no estoy cansado, ya que lo compacto  es mas fácil de transportar, resistencia.